Pólvora
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Descripción de producto
Pólvora, un título que no podría ser más descriptivo. Así se llama el segundo disco en solitario de Leiva tras Diciembre. Una continuación coherente pero más ambiciosa a aquel disco debut como solista y con el que Leiva ya logró conquistarnos. Algunos de los méritos alcanzados por Diciembre ; mejor disco del año 2012 para los lectores de la revista Rolling Stone, Disco del año nacional para iTunes España, uno de los 50 discos más vendidos del 2012, nominado a 2 premios Grammy latinos y con una de las giras más extensa del año.Desde hace años Leiva busca la fórmula, ese Santo Grial que permite, al que lo posee, crear canciones que permanecerán vivas hasta la eternidad en la memoria popular. Pólvora contiene algunas de ellas. Un disco cómplice y cercano (“Palomas”), que engatusa al usarlo (“Del hueso una flor”), es rock elegante y rotundo (“Los cantantes”), pop rock de alta costura (“Terriblemente cruel”), sin arreglos sintéticos, sin tejidos artificiales (“Pólvora”), sincero (“Vértigo”). Son canciones que se arrojan, desde sus letras, a dudas cotidianas que surgen del corazón (“Afuera en la ciudad”), a decisiones que impone el cerebro (“Cerca”), a cambios y evoluciones que no tienen explicación (“Mirada perdida”), tan solo, una descripción… Las melodías son las que marcan los surcos más notables de este disco, melodías irresistibles, ese es el secreto que hace de este disco algo inflamable.Leiva ha querido variar para este segundo disco en solitario su manera habitual de trabajar, añadir nuevos elementos, alterar el guión de su fórmula magistral, esta vez ha optado por grabar en directo, todos a la vez en la misma sala (algo que no hacía desde el segundo disco de Pereza). Ha delegado un tanto por ciento de la responsabilidad de la producción del disco en Carlos Raya, (Fito Cabrales, M-Clan o Quique González), y ha contado con el estratosférico ingeniero Joe Blaney (desde Keith Richards a B-52), junto a ellos, ha logrado engrandecer aún más su sonido, su estilo, su rasgo distintivo, su marca. Todo eso se percibe en las canciones: la respiración de esos músicos y el encanto orgánico de esas mágicas sesiones a puerta cerrada. Y ahí quedó registrado el cuerpo, el poso ardiente al que luego se añadirían diversos detalles, como los frecuentes arreglos de metales ó un maravilloso cuarteto de cuerda ó el vibráfono y las percusiones, estas dos últimas, ejecutadas por Leiva… inflamable también la aleación que se ha creado entre la guitarra de Leiva y la de Carlos Raya, una sólida y cálida mezcla que prende mecha en cada acorde. Y como remate, un mastering de lujo a cargo del maestro de los maestros en estas lides, Bob Ludwig.La portada del disco es otro ejemplo de este concepto, dos personas juntas pero separadas, ambas observadas por la luminosa ventana, una puerta al mundo, a la vida. Además se lanza una edición también limitada en formato vinilo.